21.9.21

hola bárbara

Mi adolescencia, desde sus inicios, fue a través de fotolog y messenger. En ambas redes sociales del la primera década del 2000.
En msn lo pasaba bien. Me gustaba porque podía chatear con los cabros que me gustaban en esa época, podía hablar con amigos y amigas que solo eran virtuales y también prologar la amistad a quienes veía en el colegio o en mi barrio.

Fotolog fue distinto. Entre que me daba un poco de vergüenza, pero me dejaba sumergir por la puesta en escena de las sesiones de fotos y de los comentarios terriblemente mal escrito que le daban a mis fotos. Había propuesta, digámoslo. No era cualquier cosa. Era el inicio de la otra realidad que creamos ahora por instagram -y en su tiempo facebook-.
Paralelamente a esa vanidad adolescente (porque asumo que ya no la tengo ¿o si?) me cree una cuenta de fotolog dedicada exclusivamente a subir fotos que me gustaban y que encontraba en internet, en flickr o en páginas de "fotografía". Recuerdo que esas fotos eran generalmente en blanco y negro, y me parecían "distintas" (jaja que risa y ternura). Cada una de esas publicaciones que eran diarias y sagradas escribía algún texto aludiendo a la foto en sí o rescataba algún elemento para poder básicamente descargarme escribiendo millones de ideas, de manifiestos, de observaciones. 
Recuerdo que varios de esos textos estaban cargados de deseos, pero también de mucho análisis de la contigencia. Los temas estaban motivados generalmente por lo-que-estaba-pasando y eso me resultaba fácil. A mi me gusta comentar, me gusta hablar de lo que está pasando, a veces de forma más frívola pero otras bien candentes. Me gusta hablar, eso es. Me gusta expresar lo que pienso, siento y observo de lo que me rodea y también hablar muuuuuuuuuuuucho de mi, en qué estoy, con qué me estoy obsesionando, cuál es la gran problemática que estoy atravesando. Así nació "holabarbara", 
No era mucha la gente que me leía. Un par de amigas y un par de desconocidos. No tener tanta recepción no me preocupaba.
Para mi sentarme frente al computador de mi casa y ponerme a escribir en un nuevo archivo del block de notas, era un momento importante del día. Era mi tiempo, era mi momento conmigo misma y de total libertad. No me preocupaban grandes cosas, tampoco si el texto respondía a alguna estructura o pretensión. Posiblemente de esto último había algo, porque es medio imposible no pretender algo al momento de escribir.
Ese ejercicio diario de escribir, de lo que sea, me hacía mantenerme activa y conectada a algo que realmente me daba goce. 
Con el tiempo fui abandonando a holabárbara. Dejé de publicar ahí y me mudé a otros sitios para expresarme. Este blog fue uno de esos otros espacios donde tenía que vaciarme, pero la dinámica cambió: los textos eran más íntimos, más de registro, más de diario de vida pero con otros intervalos de tiempo.

Quisiera en este momento -y desde hace mucho- retomar la escritura como un ejercicio diario y constante. Lo he intentado, pero no me ha resultado. Siento que este puede ser ese empujoncito a concretar, a hacerlo como me lavo los dientes o me tomo los remedios en la mañana.

Bárbara.
21 sept 2021

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