18.9.19

Recuperar las contraseñas

Hace años que no entraba a este blog. Hacerlo ahora está siendo un ejercicio terapeútico. Leerse a sí misma ha sido un mecanismo de autoconocimiento. Aprendí a leer(me). Escribir es un ejercicio a sí misma. No escribo para que otros y otras me lean. Escribo para yo leerme tiempo después, para reconocerme y entender por donde anduve y dónde estoy, ahora, mientras el pasado baila con el corazón lleno.
Me desnudo frente a mi misma. Me veo en el espejo del yo. Me reflejo en el reflejo de mis profundidades. Cuando escribo, me leo. Cuando me leo, me escribo. Es una cuestión bidireccional. Como todo. 
Cuando hay dos caminos y estos se entrecruzan, todo resulta. Las cosas andan porque la fluidez reina. Reina japonesa. Reina del amor. Reina del dolor. El reino de la sacerdotiza amando al sacerdote. El sacerdote entendiendo que el camino tiene dos vías. Que la materialidad no existe sin la espiritualidad. Que esa materialidad no tiene sentido sin la espiritualidad. Y viceversa.

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