22.9.19

el robo del siglo

Me robaste el corazón y te quedaste mirándome mientras lo hacías. Un robo inusual. Tan de frente, tan transparente, tan crudo.
No hubo daño (socialmente hablando, digo). Un corazón robado nunca es atractivo, menos en este caso y menos para el mercado. No reduciste el corazón, como se dice. Solo lo robaste y me lo dejaste donde mismo sin serlo. Mientras te ibas, mirando hacia atrás me dijiste que los secretos guardan intimidad, y así fue como sobreviví luego del atraco.


No hay comentarios: