4.4.16

la tiranía de las mayúsculas

no quiero ser una mayúscula. tampoco una minúscula. no quiero mucho, o quiero demasiado. no existen esos intermedios. es como ese poema de gonzalo rojas que habla de qué se ama cuándo se ama. yo no sé. es relativo. todo es relativo. me gustan las tildes porque es una de las pocas veces en el que se le da enfásis a las palabras. están extintas y yo también, mientras intento pensar qué escribirte, qué decirte, estoy muda, tan muda que lo único que habla de mi es lo que siento por tí. no puedo irme sin haberte dicho algo, algo que quizás no quieres escuchar, que quizás no te importa, porque sí, convengamos que estai bien, que estai contento, que estai feliz tomando fotos en otros lugares que has construido, de a poquito, donde yo no soy parte. tú tampoco eres del mío, solo que mi lugar no es suficiente, no es mi lugar porque siempre está ese vacío, esa gran ausencia que se esconde, que cuido. por eso escribo de señoras solas, odiando a su marido, odiando al mundo pero aceptándolo cómo es. me cuesta llegar a eso, pero quizás a eso quiero llegar. hay muchas cata en el mundo, pero pocas ana, yo soy ana, como la que ha sido nombrada injustamente. 
te amo

No hay comentarios: